viernes, 22 de julio de 2011

El toreo y la hipocresía

Todo comenzó hace cosa así como un año. Nos encontrábamos estacionados en los Pirineos, concretamente en el campamento de Virgen Blanca, donde pasamos alrededor de unos quince días. Todo allí era maravilloso: el ambiente; el paisaje; la climatología; las personas; pero ante todo, lo más espectacular que pudimos probar en aquellas tierras fue su exuberante y sabrosa gastronomía, principalmente, basada en las sabrosas carnes criadas al amparo del río Ebro.


Fueron esas carnes de tierras zaragozanas las que sembraron la manzana de la discordia en el campamento, pues algunos de los que disfrutaban el jugoso sabor de estas carnes en su paladar eran fervientes antitaurinos, cosa que, a mi parecer, supone un acto de suprema hipocresía... Indolente hipocresía, pero hipocresía, al fin y al cabo. 

Según mi humilde parecer, no puede haber una persona más desinformada e hipócrita que un antitaurino, que defiende a capa y espada sus posturas mientras degusta un buen pedazo de carne, me parece un acto hasta idiota, pues si nos alejamos aunque sólo sea un poco de los hechos que tratamos, seremos capaces de darnos cuenta de que están cometiendo el mismo acto que ellos criminalizan hasta la saciedad, que no es otro que el siguiente: hacer sufrir a un animal para para obtener así un placer.

Y no me sirve que me digan que no es lo mismo, por que es prácticamente el mismo hecho visto fríamente:
  • Toreo: Se cría un animal en buenas condiciones, en este caso un toro. Se tortura hasta la muerte al animal. Se obtiene un placer, tanto visual, por parte de los espectadores, como gastronómico, pues no hay ni una sola parte del toro que no se coma.
  • Ganadería intensiva: Se cría un animal en condiciones inhumanas. Se tortura hasta el momento de su muerte para obtener el mayor rendimiento monetario de ellos. Se obtiene un placer, en este caso gastronómico.
  • Ganadería extensiva: Se cría un animal en buenas condiciones. Se le da muerte. Se come. (Nota importante: bajo ningún concepto es viable económicamente, así que no podría realizarse exitosamente en una sociedad capitalista, modelo en el que vivimos actualmente.)
Y bueno, dejando la ganadería extensiva a un lado por inviable, como ya he explicado anteriormente, vamos a centrarnos en el toreo y la ganadería intensiva, aunque, en realidad, las diferencias existentes entre uno y otro acto son casi intangibles, radicando la mayor de ellas en que en el toreo se ve la muerte del animal y en la ganadería intensiva no... Pero no se preocupen, que ya me encargo yo de mostrarsela:


Me hace mucha gracia ver como todavía hay gente que defiende, casi con su vida y sin haber estado nunca en un matadero, las buenas practicas y el buen hacer que se dan en el interior de criaderos y mataderos de animales... (¡Ah! Por cierto, aquí os dejo el enlace del documental completo, para todos aquellos que no hayan quedado ya lo suficientemente desengañados, o para todo aquel que simplemente tenga la suficiente sangre fría como para poder ver el documental al completo y después pueda comerse un buen solomillo de cerdo sin remordimientos: http://www.youtube.com/watch?v=qwJQvrFrA-U)

Pero claro, ahora me dirán que la ingesta de carne y de proteínas animales es imprescindible para la correcta alimentacion de cualquier ser humano, sí, pero no... Me explico, basándonos en datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), los cuales dicen que sólo son necesarios 60 gramos diarios de proteínas animales al día, podemos afirmar de manera irrebatible que sólo hay un hecho por el que comemos tanta carne en nuestra sociedad y es simple y llanamente por que nos gusta la carne, nos gusta el foie, nos gusta nuestra buena ternera a la plancha... Lo que más triste me parece es que nos seguimos escudando en que es indispensable comer una buena cantidad de carne en nuestra dieta para estar fuertes y sanos, pero una vez vislumbramos los datos, y estos nos iluminan, no tenemos más opción que rendirnos ante la evidencia de que si comemos tanta carne es por que nos gusta, y si nos gusta, nos gusta también implícitamente que ese animal que haya muerto, posiblemente torturado, para que a través de esa muerte y esa tortura nosotros podamos disfrutar del placer de un buen pedazo de venado bien cocinado.

Quiero que me entiendan, no estoy intentando posicionarme, a favor o en contra de la tauromaquia, simplemente quiero hacer una reflexión ante la creciente hipocresía de nuestra sociedad, una sociedad en la que defendemos ideales, utopías, sin saber que nosotros mismos realizamos iguales o mayores tropelías que las personas a las que criticamos y destripamos publicamente una y otra vez, en este caso los toreros. 

Sólo pido un poco de decencia y autocrítica por todos y cada uno de nosotros, pues sin darnos cuenta podemos llegar a ser los mayores hipócritas que hayan pisado la faz de la tierra desde su mismísima creación... Y sólo nos quedan dos opciones para dejar de ser hipócritas con respecto a este tema, y son las siguientes:
  1. Nos convertimos todos al veganismo, pues son las únicas personas moralmente capacitadas, los veganos, para criticar la tauromaquia en toda su amplitud, sin traicionar en ningún momento sus ideales y sin ser ni por asomo hipócritas
  2. Nos dejamos de hipocresía y de tanta demagogia barata, para así darnos cuenta de que entre el acto de comer carne y el toreo no hay tantas diferencias como queremos ver...
Así que, ya una vez conocidas las opciones, sólo nos queda optar por una de ellas, o seguir viviendo en la hipocresía de dinamitar un acto que nosotros mismos cometemos... Ustedes sabrán que les conviene más...

4 comentarios:

  1. MUCHA FALSEDAD EN LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI.
    MUCHO ATAQUE A LA TAUROMAQUIA Y LA "TORTURA" DE LOS TOROS PERO BUENOS FILETES, PECHUGAS,ETC QUE SE COME LA GENTE POR NO HABLAR DE LOS ABRIGOS Y PRENDAS DE ROPA DE PIELES.

    MUY BIEN JUAN

    ( POR SI NO TE HAS DADO CUENTA SOY GEMA =) )

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  2. No has tardado Juan, te felicito un artículo sensacional.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Mucha razón en tu entrada (aunque llego algo tarde, este tema está siempre candente). Aunque creo que se te pueden poner algunas pegas, no en el razonamiento desarrollado, pero quizás más en los presupuestos. Te dedico una entrada, ya que aquí me queda corta y complicada la respuesta.

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